11 oct 2010

EL VIAJE DEL DESCUBRIMIENTO (1492)

Cristóbal Colón.

El Viaje del Descubrimiento (1492)
Texto: Freddy Gómez

El viernes 3 de agosto de 1492, las naves de Cristóbal Colón zarparon del puerto de Palos (suroeste de España), y enrumbaron primero al archipiélago de las Canarias. Llegaron seis días después, pero en el trayecto se averió el gobernalle (timón) de la carabela la “Pinta”, al parecer por obra de su dueño Cristóbal Quintero, arrepentido de haberse incorporado a la peligrosa expedición. En la isla Gran Canaria se hizo la reparación de la “Pinta”, pero solo quedó lista a finales de agosto. Después de embarcar más carne, agua y leña, Colón ordenó levar anclas el 6 de setiembre de 1492. Las tres naves enfilaron las proas hacia el oeste, con sus tripulantes decididos a cruzar el Mar Tenebroso y llegar al continente asiático.

Durante 10 días navegaron sin contratiempos, con el viento a favor y el mar en calma. El 13 de setiembre, el Almirante notó que la aguja de su brújula no apuntaba a la estrella Polar, sino a otro punto fijo e invisible. Había descubierto el fenómeno de la declinación magnética.

El 16 de setiembre, comenzaron a ver muchos sargazos (algas muy verdes), y creyeron estar cerca de tierra. Echaron anclas varias veces, pero no tocaron fondo. De todas formas, el avistamiento de sargazos infundió ánimo en la marinería, más aún cuando el 30 de setiembre aparecieron algunos pelícanos en el cielo. Sin embargo, el entusiasmo se fue acabando en los días siguientes en que no divisaban tierra.

En la mañana del 7 de octubre, volvieron a ver aves, pero dirigiéndose hacia el suroeste, por lo que Colón ordenó seguir esa dirección. Es probable que si no hubiera hecho este cambio, hubiera llegado a Cabo Cañaveral, en la península de Florida. Pasaron algunos días sin divisar tierra y muchos marinos se dejaron ganar por la impaciencia. El día 10 Colón apuntó en su diario que ya habían recorrido 59 leguas, pero a la tripulación le dijo que solo eran 44. Y añadió que “la gente ya no lo podía sufrir más: quejábase del largo viaje”.

El mismo 10 de octubre un grupo de marineros de la “Santa María” se amotinaron y le exigieron a Colón que ordenara el regreso. Lo amenazaron con arrojarlo por la borda y retornar por su cuenta. El Almirante mantuvo la calma y controló el tumulto prometiendo dar la media vuelta si en tres días no encontraban ninguna isla o tierra firme. Continúa aquí >>